El objetivo de contar con sistemas de seguridad como cámaras, alarmas y sensores es mantener inalterable el ciclo de producción de un negocio previniendo que algún hecho ponga en peligro el patrimonio del cliente y el bienestar de las personas.
En ese sentido, los trabajos de mantenimiento son importantes para lograr el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad y la prolongación de la vida útil de nuestros equipos.
Bajo esta mirada, el mantenimiento será siempre una inversión dado que se convierte en una ventaja competitiva al evitar poner en riesgo el ciclo de producción o la continuidad del negocio que podría afectar seriamente a cualquier empresa.
Al respecto, debemos tener en cuenta que existen dos tipos de mantenimiento:
a) Preventivo
b) Correctivo
a) Mantenimiento preventivo: de la misma forma en la que una persona realiza sus chequeos médicos periódicos para mantener una buena calidad de vida, es importante que los equipos de seguridad cuenten con el servicio de mantenimiento preventivo. Lo recomendable es realizarlo cada 2, 4 o 6 meses, dependiendo de factores importantes como la ubicación geográfica del cliente y sus condiciones ambientales; y, de los estándares que pueda tener dentro de sus políticas.
La ventaja del mantenimiento preventivo que se realiza en equipos en condiciones de funcionamiento normal, es que se puede encontrar, corregir y prever los problemas menores de un equipo antes de que estos provoquen fallas, lo cual a su vez redunda en la disminución de costos por cambio.
Las tareas preventivas incluyen acciones como limpieza física y lógica de los sistemas instalados, la revisión minuciosa de los equipos, cableado, conexiones y configuración del servicio, que garantizará el adecuado funcionamiento y fiabilidad de los equipos a lo largo del contrato. No contar con ello podría ocasionar costos mayores por pérdida de información o bienes físicos que incluso pueden llegar a ser irreparables.
b) Mantenimiento correctivo: dicho trabajo se realiza cuando es necesaria la intervención del equipo con el objetivo de reparar el daño encontrado durante el mantenimiento preventivo. A diferencia de este último, no se trata de un conjunto de acciones planificadas ya que suele realizarse cuando un componente ha sido dañado, por ello, el objetivo principal en esta etapa es restaurar, en el menor tiempo posible, la confiabilidad del sistema y devolverlo a su estado original, teniendo lugar solo cuando algún equipo deja de funcionar.
Lo importante es que los sistemas no dejen de funcionar en ningún momento, por ello la fase de prevención es vital para detectar y anticiparnos a algún problema. Si los equipos llegasen a fallar y dejaran de funcionar, la reacción para repararlos y reemplazarlos (de ser necesario) será primordial para que ello ocurra en el menor tiempo posible.
Siempre es bueno preguntarse …. ¿Cuándo fue la última vez que a los equipos de seguridad en su empresa le realizaron el mantenimiento preventivo? ¿Sabes cuál es el estado actual de tus equipos? ¿Cuentas con una empresa proveedora de servicios de seguridad encargada de realizar estos mantenimientos?.