La mañana del viernes 22 de noviembre era una ocasión especial para 25 colaboradores de Securitas Perú. Días antes habían recibido una carta en la que se les anunciaba que habían sido elegidos ganadores de la más alta distinción que otorga la empresa en el Perú: El Premio Valores Securitas.
Algunos tuvieron tiempo para prepararse con anticipación desde casa y llegaron a la sede principal, ubicada en el distrito de Magdalena, acompañados por su familia. Otros no podían tomarse esa licencia, pues la seguridad de alguna operación dependía de ellos y salieron horas antes de la ceremonia con rumbo a la oficina principal. Mientras que uno de ellos volvía a Lima después de más de seis años sin visitar la capital, esta vez en compañía de su esposa e invitado por la empresa para la que brinda servicio.
Estos ganadores habían sido elegidos por un exigente comité integrado por personal de distintas áreas de Securitas quienes habían tenido que evaluar semanas antes, de entre más de 200 casos, quiénes eran los que merecían llevarse esta distinción. Primó no solo la buena acción con la que pusieron de manifiesto los valores corporativos de la empresa, sino también otros factores como puntualidad, compromiso y desempeño a lo largo de su trabajo en Securitas.
Un equipo integrado por alrededor de veinte personas los esperaba, con indicaciones claras respecto al programa que se había contemplado para los ganadores, como para sus familiares, los clientes y el resto del personal asistente al evento. Habría una sesión de fotos y de video, dinámicas de integración entre todos los ganadores, un recorrido por la oficina principal que incluiría la visita al Securitas Operation Center, el cerebro de sus operaciones, y desde luego, la ceremonia central donde más de cien personas esperaría su llegada.
A las once en punto harían su ingreso entre aplausos y se iniciaría la ceremonia dando paso a la lectura de cada uno de los casos por los cuales estaban siendo reconocidos. El Gerente General, los directores, demás gerentes, coordinadores y también supervisores acudirían al final de cada caso para entregarles el diploma y el pin que los distingue como ganadores del Premio Valores Securitas. La cita continuaría con las emotivas palabras de uno de ellos y con las del Gerente General, manifestando su orgullo y admiración por el trabajo que cada uno realiza.
Más adelante, algunas lágrimas de felicidad, risas y el respectivo brindis por el décimo segundo aniversario de Securitas Perú se confundiría entre amenas conversaciones y muchas más fotografías, esta vez con la familia, los clientes, los jefes y, desde luego, con los compañeros.
Así concluiría una nueva edición del Premio Valores Securitas, una cita llena de emociones que permite a Securitas celebrar la Integridad, la Eficacia y el Servicio.
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