El nivel de delincuencia es un factor de la realidad nacional que se ha ido incrementando progresivamente. Precisamente, en vista de las amenazas a las cuales se encuentran expuestas las empresas y las vulnerabilidades presentes en sus instalaciones, los especialistas en seguridad vienen tomando las acciones adecuadas para contrarrestar los ataques y fortalecerlas.
En ese sentido, la Evaluación y Análisis de Riesgos es una herramienta de gestión utilizada siempre por Securitas para administrar los riesgos de una instalación de modo que puedan ser gestionados de una forma eficaz y eficiente. Es imprescindible, realizarla al inicio del servicio y mantenerla constantemente actualizada con relación a los cambios que puedan sufrir las operaciones tanto a nivel de infraestructura, mejora o modificaciones en los procedimientos y políticas, implementación de tecnología y optimizaciones de recursos.
Para llevar a cabo la Evaluación y Análisis de Riesgo se debe considerar:
1. Conocer y entender los conceptos básicos:
- Riesgo: probabilidad de que un bien pueda sufrir daño.
- Vulnerabilidad: debilidad que presenta un bien, una persona o un proceso ante la presencia de una amenaza.
- Amenaza: causa de riesgo que crea una aptitud dañina sobre personas o bienes.
- Fortaleza: se representa por las condiciones que generan valor ante una amenaza.
- Daño: consecuencia de que la amenaza se manifieste sobre los bienes.
- Bien a proteger: todo aquello que podría ser afectado por amenazas externas e internas.
2. Realizar un correcto levantamiento de información que implica reuniones con el cliente, con los dueños de los procesos involucrados y con el personal de seguridad.
3. Evidenciar y sustentar la información mediante fotografías o video para registrar el nivel de seguridad de los procesos (ambos previa autorización del cliente) o con documentos que sustenten el análisis.
Asimismo, para lograr un correcto análisis y sustentación de riesgos debe considerarse:
- Identificar correctamente los bienes a proteger en base a lo detallado por el cliente.
- Identificar las amenazas a las cuales se encuentran expuestos los bienes.
- Detectar las vulnerabilidades de la instalación.
- Identificar y calificar los riesgos.
- Determinar el nivel de riesgo (probabilidad por impacto).
- Administrar los riesgos (asumir, mitigar o transferir).
- Proponer recomendaciones.
Entre las múltiples ventajas que una herramienta como esta nos aporta encontramos que evidencia los riesgos de una instalación; apoya directamente en la adecuada realización de los manuales de funciones y procedimientos de los puestos, relacionándonos a los riesgos identificados; son el sustento para realizar una correcta asignación de recursos y toma de decisiones, así como el respaldo frente al cliente ante cualquier consulta o evento; se convierte en el soporte para la gestión interna de la operación, llámese rondas internas, mejora de procedimientos u otros. Asimismo, brinda oportunidades para la generación de nuevos negocios con soluciones de seguridad a la medida, rediseño de la tecnología actual del cliente, propuestas de mejora de procedimientos en base a inversión tecnológica, entre muchas otras opciones.
No podemos dejar de lado la importancia que tiene el personal de seguridad a todo nivel en el desarrollo de una evaluación y análisis de riesgos, dado que son la principal fuente de información para entender y analizar los procesos, las vulnerabilidades, los riesgos y modalidades de los eventos sucedidos en la instalación, conocen al detalle la operación y complementan la información que detalla el cliente desde otra perspectiva.