Cuando hablamos de un sistema de protección contra intrusión se nos vienen a la mente los sensores típicos como: sensores de movimiento, contactos magnéticos, entre otros, pero estos sensores, sin las consideraciones y buenas prácticas de seguridad, no garantizan un alto nivel de protección.
Es algo común que muchas empresas, negocios y hogares tengan problemas con su sistema contra intrusión instalado, ya que generalmente no confían en los sensores (equipos, marca, fiabilidad) debido a que podrían generar falsas alarmas.
Para un diseño de sistemas de protección contra intrusiones, es primordial realizar un análisis de riesgo en el cual se identifican las zonas vulnerables, empezando desde la parte externa como el perímetro, e ir avanzando hacia la parte interna a proteger, teniendo en cuenta por ejemplo los cuartos principales, bóvedas, cuarto de comunicaciones u otros ambientes a considerar según interés.
También se debe tener en cuenta la correcta selección de los sensores, a modo de identificar si son para interiores, exteriores o la cantidad de equipos a instalar para dimensionar el Panel Central, además del medio geográfico donde se instalarán.
Por otro lado, es primordial que, para complementar los sistemas de protección contra intrusiones, este pueda estar monitoreado desde un centro de operaciones remoto, el cual deberá operar los 365 días del año, las 24 horas del día. Todo ello, desde luego, en manos de personal que sea capaz de tomar las decisiones más convenientes para garantizar la seguridad de sus instalaciones y gestionar adecuadamente cualquier situación de riesgo.