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La evolución de los sensores y nuestro papel en su historia

Desde bóvedas bancarias hasta hogares inteligentes, los sensores han pasado de ser mecanismos frágiles a sistemas inteligentes que moldean la seguridad, la eficiencia y el futuro de la tecnología.

Hoy en día, cámaras con inteligencia artificial, sensores de movimiento y sistemas biométricos de acceso trabajan juntos para proteger a las personas, propiedades y activos. Los detectores de movimiento activan las cámaras ante cualquier actividad sospechosa, mientras que la IA filtra falsas alarmas, como el paso de un animal o el movimiento de escombros por el viento, permitiendo que el personal de seguridad se enfoque en amenazas reales.

La automatización inteligente ayuda a las empresas a fortalecer la seguridad y reducir costos, asegurando que solo los incidentes verificados requieran intervención humana.

En el sector salud, los sensores desempeñan un papel clave en la prevención de caídas en comunidades para personas mayores y garantizan un monitoreo preciso de temperatura y ambiente para la conservación de vacunas y medicamentos críticos. En el comercio minorista, los sensores detectan fugas de agua antes de que causen daños y preservan productos perecibles, evitando el desperdicio y reduciendo pérdidas.

Sin embargo, la comodidad que ofrecen los sensores actuales no se logró de la noche a la mañana. Su evolución es el resultado de décadas de innovación y pruebas, un proceso en el que Securitas ha tenido un papel clave en el desarrollo y confiabilidad de esta tecnología.

Buenas vibraciones: El origen del sensor de seguridad moderno

Como respuesta al auge de robos bancarios en la década de 1960, el inventor estrella de Securitas, Björn Gysell, recibió la tarea de desarrollar sensores que solo se activaran ante eventos realmente inusuales. Un tren subterráneo en movimiento, el ruido de paletas de carga en un almacén o el estruendo de martillos neumáticos en una obra generaban vibraciones, pero eran parte de la vida cotidiana. El verdadero reto era diferenciar entre vibraciones normales y señales de intrusión.

Trabajando con los principales bancos de la época, Björn estudió las técnicas de robo y experimentó con sensores de vibración, detección térmica y resistencia a perforadoras con punta de diamante. Su investigación culminó en el desarrollo del SS2000, un detector de vibraciones basado en análisis de espectro que distinguía entre vibraciones normales y intentos reales de intrusión. Esta innovación redujo significativamente las falsas alarmas, ahorrando tiempo y recursos a los bancos y mejorando la capacidad de respuesta de la policía.

No obstante, los sensores de los años 60 dependían de tecnología analógica con relés, lo que requería un mantenimiento frecuente y los hacía poco resistentes para un uso a gran escala. Esto impulsó la búsqueda de soluciones más robustas y automatizadas que se adaptaran mejor a las condiciones del mundo real.

El nacimiento de sensores más inteligentes

A medida que los sensores evolucionaron, pasaron de ser simples alarmas a convertirse en sistemas de seguridad interconectados y basados en datos, marcando un punto de inflexión en la industria. Este avance permitió la integración en tiempo real de datos de sensores en centros de operaciones de seguridad (SOCs), facilitando el monitoreo remoto y reduciendo los tiempos de respuesta.

Lo que comenzó como un desafío para diferenciar ruidos cotidianos de amenazas reales se ha convertido en una parte esencial de nuestra vida diaria. Hoy, en cualquier hogar, es común encontrar sensores de movimiento que activan luces exteriores, sensores de temperatura que regulan termostatos y sensores de vibración en lavadoras que detectan desbalances. Dispositivos como detectores de humo, refrigeradores inteligentes y hasta el ajuste automático del brillo en la pantalla de un celular funcionan bajo estos mismos principios.

Ya sea protegiendo bóvedas bancarias o asegurando que el termostato de tu hogar se ajuste a tus preferencias, los sensores trabajan incansablemente en segundo plano.

Cómo los sensores transforman las operaciones empresariales hoy

La seguridad es solo una parte del panorama. Los sensores también están redefiniendo la forma en que operan las empresas, proporcionando información valiosa que mejora la eficiencia y sostenibilidad. Por ejemplo, los sensores diseñados para detectar intrusos pueden funcionar también como herramientas de ahorro energético, apagando automáticamente luces y optimizando el clima en áreas desocupadas. Gracias al análisis de datos impulsado por inteligencia artificial, las empresas pueden identificar patrones, optimizar el uso de recursos y agilizar operaciones, convirtiendo los sistemas de seguridad en una herramienta estratégica para la toma de decisiones inteligentes.

En otro caso innovador, los sensores con IA y tecnología IoT están mejorando la prevención y detección temprana de incendios forestales al combinar análisis de datos en tiempo real con respuestas de emergencia rápidas. Sensores solares detectan las primeras señales de incendios, permitiendo que los bomberos actúen antes de que se propaguen. Monitoreados por el Centro de Operaciones de Securitas, estos dispositivos analizan patrones ambientales para anticipar riesgos y alertar a los servicios de emergencia de manera proactiva. La versatilidad de esta tecnología permite su implementación en diversas regiones, ofreciendo una solución escalable para el sector privado y público.

A medida que la tecnología de sensores sigue evolucionando, su impacto en la seguridad y la inteligencia empresarial no hará más que crecer, consolidándose como una parte esencial de nuestra vida, tanto en el trabajo como en el hogar.